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sábado, 28 de abril de 2012

La flama

Una llamarada se enciende de vez en cuando iluminando el mundo, alcanza su apogeo máximo y se apaga, se apaga, se apagó. Apenas unos instantes ilumina el mundo. Una conciencia que mira y aprehende parte de lo que ve.


Apenas unos instantes iluminando, dando color, forma y sombra, también olor y sabor, tiempo, ritmo y movimiento.


Surgen llamaradas por todos los lados en el basto mundo, surgen del mundo, iluminan el mundo por unos breves momentos.

Corrientes que atraviesan neuronas, ¿habrá otro soporte para la conciencia? Silicio, por qué no el fluir de un río, el aleteo de las aves, por qué no la brisa fresca de la mañana y la luz del día.

miércoles, 25 de abril de 2012

Que te encuentre trabajando

Ya me lo recordó mi mujer, no recuerdo quién lo dijo: "la inspiración tiene que encontrarte trabajando". ¡Qué razón tiene! Te vas un momento rompiendo la rutina laboral para beber agua o cumplir con otras necesidades del cuerpo y zas… piensas en un tema interesante para escribir. Pero como no puedes hacerlo, se va, se va, se va. Y, aunque sepas más o menos que era lo que querías escribir, escribir requiere, al menos para mí, estar en el mismo estado emocional en el que se me ocurrió. Volver al mismo tema o tratar de recuperar una evocación me resulta imposible, aunque a veces dejo una nota que en algún momento releo y me devuelve al mismo sitio. No siempre funciona.

Claro, la frase la decía un escritor, su trabajo es capturar lo que a mí se me escapa. Mi trabajo no consiste en tener ensoñaciones y escribirlas. ¡Jo!, ¡Qué pena! Me gustaría cambiar de trabajo.

Lo gracioso es experimentar como cuando se relaja la mente, que generalmente es en los sitios más insospechados, es cuando empieza a circular una corriente imaginativa por las neuronas, aunque sean ideas absurdas en su mayoría, es bonito. Es original, es el pensamiento propio, no contaminado, eso es bonito.

martes, 24 de abril de 2012

No entiendo

Escucho las palabras pero no las entiendo. Me siento en un taburete alto en la barra de la calle de un bar con barra a la calle. Huelo a tostadas y café, a plancha de bar a primera hora de la mañana, mientras, la gente habla. No entiendo nada, sin embargo, todo lo he escuchado. Tengo la sensación de que si me esfuerzo solo un poco podré adivinar cual será la siguienta palabra que diga alguno de los clientes.

Me tomo mi café, pago y me voy. Camino entre la gente de una transitada calle, camino sin saber si soy un fantasma, si soy yo o son los demás. Pienso si estoy vacío por que lo noto en el estomago, o hay algo más. Pienso si yo estoy vacío o tal vez sean las personas junto a las que ando.

Veo las luces, pero no lo entiendo, escucho las risas, pero no lo entiendo, escucho y, aunque no lo entiendo, pienso que a poco que piense, sabré lo que va a ocurrir. Siento que ando lo ya andado, que me cruzo con la misma gente y escucho las mismas conversaciones.

Andando el tiempo esa sensación se fue...nunca volvió.

domingo, 15 de abril de 2012

¿Cuál es nuestra responsabilidad?

Nos quejamos continuamente de los chinos que trabajan como idems, en estado de semiesclavitud e inundan el mercado de productos baratos con los que no se puede competir. Apple fabrica todos sus productos en china. La flexibilidad del sistema productivo chino les permite hacer un cambio de última hora en algún elemento y en prácticamente nada de tiempo implementarlo en sus tabletas y teléfonos-astutos, una mínima mejora con respecto a los competidores se coloca en el mercado en un tiempo record.

Es verdad que es poco conocido donde fabrican las grandes corporaciones, pero generalmente y las más importantes tienen la producción externalizada en países donde el salario no es ni la décima parte que en el nuestro, donde los ricos lo son en un factor de 300 veces el de sus obreros, por decir algo. Supongo que a este respecto no hay estudios, y menos de los medios neo-liberales a los cuales éste estado de cosas les viene bien, pero animo a algún lector a aportar datos fiables si los conoce.

¿Quién se sustrae a la necesidad de tener una fantástica tableta de Apple? Aquí estamos nosotros con nuestros teléfonos-astutos y nuestras tabletas-computadoras-personales fabricadas en china, nuestra ropa fabricada en china o Turquía (las etiquetas de Zara, en muchas, así lo indican)  y en general cualquier producto de gran consumo aun fantástico precio gracias a la racionalizada producción por los métodos modernos de  maximización de rendimientos. Esta última frase tan farragosa sería una expresión más propia de los adalides de la economía neo-liberal que priman la maximización de beneficios, ganar el máximo de dinero al mínimo de coste. En esta ecuación no entran las relaciones humanas o el bienestar del común de la gente, solo conseguir el máximo de beneficio dentro de lo permitido por la ley. Pero la ley es muy extensible, y permite mucho en cuanto a maximización del beneficio. La economía ya no sirve a la gente. Nos supera, hablamos del mercado como un ente abstracto que pide más trabajo, simplemente para poder vivir. Nos rendimos al dios mercado y sacrificamos, vendemos nuestra alma al dios mercado para que nos deje vivir un poco más.

Nosotros, mientras, compramos más y más barato esos productos fabricados en países donde hay unas condiciones laborales que no las deseamos para nosotros y participamos en nuestra propia ruina.

La orquesta del Titanic sigue tocando mientras todo se hunde o, como en la película El efecto Iguazu, no lo vemos, la catarata está ahí, el agua parece calma, pero la corriente se va acelerando poco a poco pero cada vez más rápido y llegaremos a un punto de no retorno en el que por más esfuerzo que hagamos nos veremos arrastrados sin remisión.

No es por ser pesimista, es por ser consciente y responsable. Vivimos despreocupados o, irresponsablemente despreocupados. Por que no queremos angustiarnos, y caemos en la desidia del que no quiere saber por no deprimirse. No quiero ir al médico, no sea que me diga que tengo lo que tengo, que es grave, como si al no saberlo eso se fuese. El desconocimiento no soluciona el problema, agachar la cabeza y taparse los ojos para que el peligro pase no es la solución.

¿Sabemos del pescado que compramos cual está en peligro de extinción? ¿sabemos de los productos que compramos cuales necesitan más agua para ser producidos? ¿nos interesa saber, más allá de la comodidad en la que vivimos, cuales de nuestras aparentemente banales acciones influyen en el estado social y económico mundial o en nuestro propio devenir?

Es más fácil dejarse llevar por la corriente, acariciarnos las orejas con los cantos de sirena de los que intentan convencernos de que vamos por el buen camino, sin opinión propia y con injertos ideológicos. Pensar duele, y enfrentarse a los problemas más. Pero el precio a pagar por no hacerlo puede ser catastrófico para nosotros y sobre todo para las generaciones futuras.

Las relaciones humanas, el método eficiente de producción, son conceptos enfrentados. Cuando no existían más que tribus de cazadores los hombres y las mujeres formaban comunidades de estrechos lazos humanos de mutua dependencia. La caza o la recolección de alimentos eran actividades en las que todos participaban y que tenían un sentido claro y su realización daba un sentido a la vida. Hoy en día apretamos tuercas en una cadena de producción de un producto donde solo apretamos uan tuerca. El bienestar social no tiene sentido, donde las personas son engranajes, somos engranajes y agentes consumidores.

Tragamos tan contentos, anestesiados nuestros sentidos pensando que la riqueza está en nuestros teléfonos-astutos y nuestros coches. Cuando ya no podamos comprar teléfonos-astutos no nos quedará nada, no nos tendremos a nosotros mismos. Cuando ya no tengamos esa seudorealidad de felicidad donde cosas y cosas colman mis sentidos con sus beeps y tirulis, ¿qué nos va a quedar? Ni tan siquiera somos una tribu, no cazamos, no colaboramos con nuestro vecino al que o no conocemos u odiamos, no pertenecemos más que a ese mercado, macro-maquinaria de la que somos un pequeño, pequeñísimo engranaje que no puede decidir girar en sentido contrario.

sábado, 14 de abril de 2012

Rápido, más rápido

Compras libros que no vas a leer, electrodomésticos que terminas por no usar. Esa fantástica moto que coges de vez en cuando pero que pasa más tiempo en el garaje recogiendo polvo que en la calle recorriendo asfalto

Todo el tiempo lo empleas al final en productos de fácil digestión: no lees nada que te lleve más de una hora, rápido, todo rápido. Puede que dediques mucho tiempo a leer mucho, mucho de muchas cosas pero nunca mucho de una cosa, intentando agarrarlo todo pero solo agarrándolo por los pelos.

En el trabajo pasas el tiempo igual, saltas de un tema a otro rápido. Vivimos tiempos sin espera, si acaso espera el que está en paro, espera que te espera el trabajo que no llega. Todo rápido, menos lo que tiene que llegar.

Nadie cocina ya, conlleva mucho tiempo y concentración en una tarea. Calientas el pre-cocinado mientras miras las los anuncios, las noticias, twitter, facebook, whatsup

jueves, 5 de abril de 2012

El mercado

Anoche caí en éxtasis, vino el mercado a verme, a mí, ¡mercado mío!

Tantas cosas pasan en las que no reparamos como mentiras nos tragamos. Lo que no está bajo los focos de los medios de comunicación no existe.

Uno de los negocios más pujantes y que más dinero mueve es el de venta de armas, del que España no es país ajeno. Mercado oscuro dónde es difícil saber qué se vende y a qué país y dónde los intermediados de este negocio, conocedores de las partes oscuras de la ley, aseguran que las armas lleguen hasta dónde no deberían de llegar. Ésta noticia la escuché el otro día en Radio 5.

La producción y tráfico de drogas es un negocio ilegal. Las armas o las bebidas alcohólicas son negocios tradicionales y por tanto, respetables. La droga se asocia más con asesinos, sicarios y camellos drogadictos, aquello que socialmente genera más miedo. El alcohol es una droga socialmente admitida que causa estragos, se puede fabricar y comercializar sin problemas, es una actividad comercialmente rentable. Ahora un pueblo quiere cultivar marihuana, no más dañina que el alcohol, las autoridades públicas se lo prohiben, no sé que miedos tendrán para hacer esto por que ni sicarios ni camellos, solo es gente que quiere salir del paro con una actividad al menos tan dañina como es el tráfico de alcohol y nucho nenos dañino que el tráfico de armas. Pero no es problema del fabricante el uso que se hace de las armas, ¿verdad o mentira? ¿Se aplicarán argumentos similares a la fabricación de alcohol y drogas o usamos distintos raseros?
Grandes consorcios bancario-financieros sin ningún control y con total connivencia con las autoridades pueden hundir los mercados, pero en un pueblo Español no se permite cultivar maría. A unos los reafirman en sus cargos o les dan indemnizaciones millonarias aún a pesar de la estafa monumental montada, a los segundos los meten en la cárcel. Los primeros tienen dinero para bañarse en él y después abrir el tapón para que se vaya por el desagüe, varias mansiones, coches de lujo... los segundos no llegan a fin de mes y algunos están en paro.

Unos, muy listos, llaman ingeniería financiera al engaño creado para vender bonos basura, que no eran más que hipotecas compradas a la entidades hipotecarias, a los fondos de pensión que pensaban que era inversión segura al ver que Standar&Poor, Fitsch y otras los clasificaban como producto AAA o AA+, otros tan solo solo quieren subsistir. En el mundo hay dos tipos de personas: los que trabajan, crean riqueza y los que rapiñan y la roban. Asistimos como a los rapiñadores los entronizamos en el reino del mercado, los que hacen avanzar el mundo ven reducido su sueldo.

La democracia se ha convertido en plutocracia, el que tiene dinero gobierna o decide quién gobierna o cómo gobierna. La cosa pública, res-publica, está sometida a algo tan abstracto como el mercado, dios de la era moderna, tras el que se esconden sus sacerdotes: economistas en la élite, abogados o políticos al servicio de sí mismos que transforman el sistema democrático bajo la mentira y el miedo.

Leer a Rouco Varela decir que la violación no es un delito me hace fantasear con la idea de que éste hombre quiere que le sodomicen de imprevisto. No debe de parecerle mal si afirma que no es delito. Una buena sodomía sería que le dejasen sin subvenciones, de esta forma le contentaríamos a él y también a las maltrechas finanzas estatales. Ahora que vivimos tantas convulsiones económicas y se recorta en educación, ciencia, etc, ¿cómo puede ser que aún no se recorte a la iglesia? No veo cómo hacer una financiación a una secta nos va a sacar de este embrollo, pero sí veo sentido en invertir más en crear programas de investigación, desarrollo, innovación y comercialización. Espero, dado que cuidamos tanto a los mercados y a dios que éstos nos libren de la crisis. Pero que quieres que te diga, soy un ser vulgar que solo ve hasta donde alcanza la vista, ni a dios ni a los mercados los veo, aunque no dejan de hacerse sentir: ambos nos quitan los dineros y ninguno nos deja prosperar. Al mercado rogando, y con el mazo dando: debería de reducirse las subvenciones a la iglesia y destinarla a programas de investigación e incentivar la creación de empresa innovativas, más educación.

Nos empobrecemos y nos hacemos débiles ante los poderes, nos venderemos por un plato de lentejas cuando ya no tengamos para comer, nos venderemos con la ilusión de que ascenderemos aunque sólo sea un poquito en la escala social de la plutocracia. Al menos, no por ahora, no nos hipotecáremos para comprar un coche y aparentar lo que no somos