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viernes, 30 de noviembre de 2012

Piensas que me entiendes, pienso que te entiendo

Piensas que me entiendes, pienso que te entiendo, entiendes mis palabras y yo las tuyas. La idea impresa es una imagen imperfecta, y no alcanzas a ver mi emoción tras las palabras como yo tampoco alcanzo.

Hablamos y nos comunicamos pero cosas distintas de las que pensamos,  pensamos cosas distintas de las que nos dicen.

Piensas que te entiendo y pienso que te entiendo, pero no es como lo creemos.

domingo, 25 de noviembre de 2012

La Coquete

Estos días he pensado en un lugar real pero que su auténtica dimensión solo habita en mi mente: La Coquete en Madrid. Si, Javi, acabamos de hablar de La Coquete, pero por que me has pillado escribiendo estas líneas. Estuve pensando ayer en esos pacharanes que nos tomábamos hasta tener ese punto en el que la lengua se suelta y ascendemos al cielo de las palabras a lomos de vapores etílicos.

Un día lleve a una chica a la que quería colocarme de novia formal, era una forma de decir: "nena, te voy a descubrir mi mundo, un mundo de pacharanes y vapores etílicos que sueltan la lengua elevándola al cielo de la ensoñación de la eternidad, bla, bla, bla " "¡ésto parece una alcantarilla!" dijo. Eso no desmontó mi mundo mágico de pacharanes donde tres amigos departían de la vida y la muerte, el sexo y el amor, la amistad y el compañerismo.

Aquella chica no era mi chica como más tarde comprendí y en ese día empecé a vislumbrar.

Siguen habiendo ocasiones en los que los vapores etílicos sueltan la lengua, pero ya no os tengo para hablar en la intimidad de esa alcantarilla mágica que suelta la lengua y nos transmuta en lo mejor de nosotros mimos, en tres amigos que hablan de sus dichas y sus desdichas.

Dicen que el mundo se ha hecho pequeño, pero se equivocan, el mundo se ha hecho más grande y eso me ha hecho más pequeño.

Coquete, blues y pacharanes, y por supuesto, procurarse uno o dos amigos con los que emborracharse de vez en cuanto, sin abusar, lo justo para guardar el recuerdo grato de haber alcanzado ese cielo de ensoñación de la eternidad, ya que la meditación no nos lo permite ;-}





lunes, 19 de noviembre de 2012

Un brote violento

El recuerdo de un vaso de cristal que estalla en pequeños pedazos al chocar contra el sillón de sky rojo lo mantuve siempre fresco en mi mente y nunca pensé que tal arrebato pudiese ocurrirme. Siempre pensé que la responsabilidad con los hijos se debía de observar como una mera iniciación al mundo, que no eramos dueños y amos de su vida ni tampoco debemos prolongar las nuestras, generalmente fracasadas, en ellos. No obstante, igual que mi padre lanzo entre vapores de resaca el vaso que tenía frente a él con la mayor saña que pudo hacía mi madre, sentada en frente, aterrorizada, y sin decir palabra después, igual, en un arrebato lancé a mi hija contra el sillón. ¿En cuantos pedazos pudo llegar a romperse?

No soy de esos hombres que pegarían a sus mujeres, si "sus" que denota propiedad puede decirse. O que a despecho pegarían o separarían a sus hijos, mi bien más preciado, de su madre. Si pienso premeditadamente en hacerle algo a alguien me horrorizo y escondo el pensamiento para no sentirme mal en la posibilidad de albergar tal maldad. Sin embargo, la semilla de tal mal alberga en mi corazón si observo los hechos.

Horror pensar en las consecuencias, jamás entenderé mi naturaleza, tan sumisa, apocada y tan capaz de crear una tempestad que se lleve lejos de mí todo lo que más quiero.

Siento ser un poco depresivo hoy, es lo que hay. Recuerdo un episodio de mi vida en que, haciendo la mili, se me cruzaron los cables de tanto aguantar a estúpidos mandos y me puse a conducir en dirección contraria por una calle de Carabanchel llevando un furgoneta del ejército, varios perros en las jaulas y dos sargentos conmigo en la cabina.
Nos sentimos cómodos en una aparente calma vital y en un instante toda nuestra seguridad se trastoca y nos vamos a un extremo no deseado al que no queríamos llegar. Quizás sea un problema de autoafirmación, todo lo que vamos callando y aguantando se acumula y se desata en una desproporcionada violencia mal digerida y peor dirigida en la que los primeros horrorizados somos nosotros.
La noticia de aquel corredor ciclista que meciendo, con más violencia que cariño, a su hijo llorón recién nacido, llegó a matarlo, tuvo una segunda consecuencia que no justifica el resultado: el dolor de un padre causante de su propia desgracia. Terribles las consecuencias.

No convencido de la explicación que a mí mismo me he dado, vuelvo a preguntarme que es lo que puede llevar a un hombre a tal violencia extrema, a tal descontrol tan contrario a lo que en un estado "normal" de calma piensa o siente. Es algo que me preocupa especialmente como hombre y persona que en ciertos momentos, he de reconocer, se me desata una ira acumulada que no sé de dónde viene y que me gustaría explorar. No anular, más bien entender para que se disuelva o ver si tiene alguna utilidad. Porque, visto los resultados, negar o intentar anular, no sirve para nada y no es el camino.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Inesperado

Lo que no podía ser ocurrió haciendo que se tambaleasen todas las creencias firmes adquiridas a lo largo de muchas vivencias y de una historia vital donde no cabía la duda. El caos se expresó con un tsunami de acontecimientos que le aturdía y la zozobra mental en la que se encontraba no dejaba mucho más sin cuestionar en su universo mental.

Sin embargo ahí estaba, como ser sin definir, impreciso en las palabras que antaño decían quién era. Palabras que con mucho mimo fue atesorando dándole una comodidad confiada.

¿Continuará...?

miércoles, 14 de noviembre de 2012

El ejercicio de ser uno mismo

Es difícil ser de esos afortunados que hacen lo que les place y en todo momento se sienten plenos en el ejercicio de su identidad. Este pensamiento es una explicación en respuesta a un comentario, que agradezco: sí, he estado un tiempo sin escribir en este blog, y es por que en el fondo es un ejercicio de identidad amparado en que nadie que lo lea sabe quién soy (salvo mis conocidos que saben de él). Este blog es un ente vivo por dos cosas: por los comentarios que de vez en cuando ponéis en él, todos ellos interesantes, que muestran en algunas ocasiones una opinión distinta a lo que yo escribo, y, por que no puedo escribir sin más, solo cuando lo deseo o me asalta un pensamiento interesante. Escribir es un ejercicio en el que no pudo hacerlo por hacerlo, forzar la máquina intentando escribir algo interesante cuando uno , en realidad, está vacío. Por el contrario, a veces, soy el contenedor del pensamiento que expreso y leéis en estas líneas. Es mío y, a la vez, es una suerte de injerto ajeno que crece hasta que sale en un parto de palabras.

Si pretendiese ser un escritor, sería un escritor fracasado. Pero todos tenemos cosas que contar, solo hace falta encontrar el momento en el que las palabras fluyan, apoderándose de esas redes neuronales en continuas descargas eléctricas.

El otro día me maravillaba pensando como puede ser que surja la vida de la materia inerte en un proceso difícil de definir por los científicos. Lo fantástico que resulta la existencia de seres que toman conciencia de lo que les rodea y de ellos mismos. Nadie piense que en este pensamiento quiero inducir a creer en dios, no al menos en el dios de los cristianos. Que cada cual se construya el suyo, por que, en cuanto a ciencia, la existencia de dios no es necesaria. Si existe uno, tuvo mucho cuidado de excluirse completamente de su creación y, solo el mero pensamiento de la existencia frente al vacío y a la inexistencia me genera pensamientos religiosos y a creer en la existencia de un dios que tuvo la inteligencia infinita de crear un mundo que le sobrepasa y le excluye.

Se ha descubierto un mundo a 42 millones de años luz similar a la tierra orbitando alrededor de una estrella. La vida se desarrolla en la tierra y con completa seguridad en el universo entero. El hecho de no contactar con una cultura alienígena se debe a las inmensas dimensiones del universo y dudo mucho que en algún momento de la historia humana lleguemos a contactar con seres de otras galaxias. Pero pensar que la vida solo existe en la tierra es una temeridad.

Ves, este blog está vivo, se escribe casi solo, se expresa a través mío. Y las palabras fluyen en divagación, solo en apariencia de forma incoherente. A veces, releo las entradas y corrijo algunas expresiones y faltas, entonces pongo de mi parte la labor del corrector y actúo como un redactor.

Un día me planteé la posibilidad de que la conciencia no está soportada únicamente por corrientes en una red de neuronas, quizás la corriente del aire y el batir de todas las alas de las aves, el aleteo de los peces y el juego de los cazadores y cazados. En una revista que tenía aparcada leo como se usa la genética, o más concretamente las cadenas de ADN, para construir dispositivos con capacidad de computar y encontrar la solución a un problema sencillo. El salto entre corrientes circulando por neuronas y la conciencia es algo que me abruma.

Este texto está escrito tal cual, sin corregir de momento. Quizás sea también una corriente eléctrica, quizás forme parte, infinitesimal parte, de una conciencia universal.

Para concluir, este texto está escrito sin corregir y, aunque en apariencia pueda ser incoherente, es el impulso del pensamiento que va surgiendo el que lo va generando. Si yo tratase de escribir algo, sobre un tema concreto, me sería por completo imposible. El pensamiento que se va generando a medida que se escribe esta entrada es el resultado de ideas que vagan durante un tiempo y que toman forma para vosotros en el momento en el que me leéis  No invento nada, o al menos prácticamente nada, en el momento que os escribo. Me dedico a reproducir lo que en algún momento me ha venido a la cabeza.

Hoy ha sido día de huelga, y el que suscribe la ha seguido.

Esta entrada está dedicada al anónimo que dejó un comentario en la anterior.


sábado, 3 de noviembre de 2012

Jupiter

Ayer ví Jupiter. Distinguía tres lunas. Fué fantástico, la primera vez que me llevo el teléscopio al campo, sin apenas nociones de astronomía, y conseguí ver Jupiter.