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jueves, 27 de diciembre de 2012

IQ

Ver esa sinfonía de colores no suele dejar indiferente a nadie. El principio de la inversión cuántica intercambia los papeles entre observador y el IQ. IQ y observador forman parte de un mismo sistema. El observador es el observado y el pensamiento del sujeto es condicionado por el IQ, y el IQ es condicionado por el sujeto estableciéndose una resonancia cuántica entre el dispositivo y la mente del sujeto. La resonancia se expresa en las distintas vetas de colores que se forman en la superficie del IQ.

Esquizofrenias, psicopatías , diversas enfermedades mentales son controladas sin medicamentos y se logran muy buenos resultados exponiendo a cualquier sujeto a los efectos del IQ, no hay casos que no mejoren aunque sea ligeramente.

Su empleo está muy extendido en los hogares como un electrodoméstico más, completamente inocuo al menos en lo que se refiere a efectos nocivos. Todo son beneficios. Su uso se extiende más y hemos de reconocer que está produciendo un profundo cambio social. La exposición al IQ tiene un efecto duradero.

Inicialmente su uso era exclusivamente con fines terapeúticos y las unidades de IQ eran manipuladas por profesional experto sanitario. Tras un tiempo verificando los buenos resultados que se obtenían en dolencias como depresiones, ansiedad, trastorno de déficit de atención, etc, su uso domestico se fue extendiendo con la llegada de las primeras unidades portátiles.

Todo el mundo puede usar un IQ. El efecto más inmediato es el de un bienestar que en palabras se puede expresar como un calor interior que se irradia hacia el exterior. Se genera una sensación de placer, el pensamiento se ve condicionado pero, de alguna forma paradójica, el sujeto se siente libre. Existe una sensación de creatividad y buenas sensaciones recorren todo el cuerpo.

Llevamos un tiempo haciendo estudios estadísticos y hemos comprobado que  los indices de criminalidad van descendiendo año tras año, los accidentes en carretera dan indices inferiores cada mes a los de meses de otros años.

Como opinión personal creo que la sociedad funciona mejor. No solo los delitos se han reducido, tengo la sensación de que una inteligencia colectiva va surgido.  La gente no solo está de mejor humor, se ve menos desconfianza menos del prójimo. Surgen nuevas empresas con ideas que nos habrían parecido descabelladas en la época de la anterior crisis...y funcionan.


miércoles, 19 de diciembre de 2012

Meditación

Os dejo un enlace de la revista redesparalaciencia donde hablan de meditación y del redescubrimiento de ésta por parte de la ciencia:

http://www.redesparalaciencia.com/tag/meditacion

Es interesante ver como día a día se descubren nuevas cosas acerca del cerebro, como que es un órgano con una plasticidad extraordinaria. Y como influyen nuestros pensamientos y emociones en él y en su estructura.

Relajarse, respirad y ved pasar el tiempo.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Como hojas secas mecidas por el viento

Se va acercando, algunas cosas voy olvidando,  tengo miedo del momento en el que se vaya todo, como hojas secas mecidas por el viento.

A veces me queda el recuerdo del olvido mientras espero el momento en que solo quede un olvido que ya no recuerde.

Se acerca la noche, la oscuridad, y la experiencia se me escapa, impotente.

Ya no somos  jóvenes con el poder de volar, las alas se nos pudrieron y el espíritu se nos va muriendo.

La voluntad se va mientras pierdo la memoria ya sin darme cuenta, la experiencia se me filtró por los poros de la piel, solo queda el recuerdo de unas fotos, la vida de otro que ya no soy yo.

Algunos se burlan de mi mala memoria, quizás, cuando yo les olvide recuerden y se sientan culpables, quizás no sea así.

Llegará un día en el que me mire y no sepa quién es esa persona que me mira en... eso... ese marco que refleja todo lo que hay tras de mí, esa ventana mágica que sustituye a las personas. Veré a un viejo que me mira con ojos lánguidos, un rostro demacrado, inquisitivo y sorprendido de verme, nada alegre de lo que ve, asustado.

Llegará un momento en el que ya no entenderé un mundo de cosas cuyos nombres no conoceré y espero que en ese momento, ya lejos de ser quién alguna vez fui, la angustia haya volado.

Tengo miedo del día en el que ya no sepa quién soy ni quién fui y en el que ya no reconozca lo que en algún momento más quise. Me horroriza presenciar el proceso que arrastrará toda mi memoria a un abismo infinito donde caerá en el tiempo hondo y profundo. Un abismo donde caerán todos mis amores.

Me llorarán cuando deje de ser quién soy, un guiñapo vencido por el tiempo, un cuerpo cansado, una mente lejana y suplantada. Me llorarán cuando aun vivo ya me haya ido.

Ese trance quiero que pase rápido, aunque a mi ya no me duela. Correr por encima de ascuas hasta que me queme y quede convertido en cenizas.

Me asalta el pensamiento, la sensación de que no me pertenezco, piel, sangre, pulmones y aire. Materia que no desaparece, permanece en el mundo.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Breve relato de un adicto al café ahora también a las endorfinas

El estómago se me está volviendo del revés pero quiero alcanzar un poco más. 

Me pregunto que hago yo trabajando de informático en una fábrica de batidoras.

Aunque se me vuelva todo el estómago del revés llegaré hasta el horizonte mientras los árboles viajan para atrás. Hoy soy yo el que va por delante. Ahí veo otra presa.

A mí en realidad, gustarme gustarme, me gusta soñar. No hay otra tarea que por rutinaria pueda terminar por satisfacerme si distrae la mente de soñar. Pero soñando no ganas para comer.

Acelero el paso un poco más y el estómago se vuelve un poco más del revés, me quedaría ahí mismo apoyado en un árbol vomitando todo cuanto pudiese vomitar. Alcanzo a mi presa, la supero, la dejo atrás. Hoy soy yo el que va por delante.

Mi casa debería de tener habitaciones con paredes hechas de palabras: palabras de sueños en la habitación de dormir, palabras de recetas para cocinar en la cocina, palabras de amor y amistad en el comedor. Una habitación solo de paredes blancas con una silla, una mesa con folios y pluma frente a una ventana al campo, con un poco de frío. Esta habitación es para soñar.

Paso al lado del colegio, alcanzo hasta el concesionario de coches, voy aumentando mi resistencia. El aire enfría los pulmones y sudo, el estomago se vuelve del revés y quiero vomitar, sigo corriendo y ya doy la vuelta pensando en, y no queriendo, si tendré que parar a vomitar.

Veo otra presa, cálculo el ritmo y veo que la alcanzaré si ninguno de los dos cambia de dirección, mantengo el ritmo pensando que el estómago terminará por darse la vuelta y soltar todo el desayuno. Soy un cafeinómano, no puedo retrasar el desayuno con café ni aún cuando voy a salir a correr. Soy consciente que lo voy a pagar, que me voy a sentir enfermo con el estómago revuelto. La cabeza es otra cosa. La cabeza debe de ser por culpa del mercurio que llevo en la boca y que he ido tragando a lo largo de los años.

Marta Salvador ha escrito un libro, amiga de un amigo. "Hormigas trepando montañas de azúcar". Ya leí suyos dos relatos cortos y me gustaron. Suyos leí dos relatos cortos y me gustaron. Leí suyos dos relatos cortos y me gustaron. Suyos leí dos relatos cortos y me gustaron ¿por qué  me gustan los giros enrevesados?

Paso al lado del concesionario, dejo atrás el colegio, busco el sol para calentar el cuerpo, la cabeza duele, el estómago se vuelve del revés, me siento enfermo y sigo corriendo pensando en el articulo que leí de "caballo blanco". Vivir para correr, correr  por correr. Vivir sin nada, nada más que correr.

Siento un poco de envidia, pero me pone contento que alguien cercano a mi haya escrito un libro. Creo que una señora que coge todas las mañanas el autobús conmigo también ha escrito un libro y ha ganado un concurso de microrelatos en una radio, pero me quedo con Marta. Escribe sencillo y bonito, sin querer llegar a nada distinto a decir lo que quiere decir, y tiene cosas que decir. 

No vale tener 100.000 monos, un millón de monos, un trillón de monos tecleando con sus iPads letras y luego seleccionar las que tengan sentido. O coger el scrable y tirar las piezas y moverlas con la esperanza de que queden bonitas

Estoy llegando deseando esa sensación de placer y relajación mientras camino hacia casa sintiendo como se mueven las piernas de forma automática. Moviéndome placenteramente, pasando al lado de la gente, moviéndome como de normal no hago, sintiendo todo mi cuerpo desplazándose por el universo.

El estomago no terminó de volverse del revés, pero el mercurio de mi cerebro no se ha ido, me duele la cabeza. Tengo el cuerpo empapado y pienso que feliz sería de poder vivir sin nada y sin trabajar de informático en esa fábrica de batidoras, pudiendo soñar todo el día.

Día de batalla

Somos los últimos soldados de un imperio decadente y terminal. A nuestro alrededor solo hay vacío y desolación. Somos unos pocos hombres andando por planicies inabarcables. El tiempo se acaba y somos conscientes de que el nuestro también.

Hoy ha sido un día de trabajo para nosotros, fiesta para los demás. No hay nadie al salir, es como un cataclismo que se los haya llevado a todos