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viernes, 15 de febrero de 2013

Un hombre al borde del acantilado

Un hombre al borde del acantilado mira romper las olas contra las rocas. Siempre supo que su destino era universal y que vino para hacer grandes cosas. Ahora, los recuerdos de su vida ajada rompen contra las rocas y son llevados por las olas a todos los mares de la tierra.

martes, 12 de febrero de 2013

Tierra

Un animal vive debajo de la tierra. Los latidos de su corazón hacen subir las mareas, sus ronquidos producen terremotos, su aliento forma geiseres que emanan sulfuro y su sudor fluye como ríos. Sus mocos de animal enfermo es la ponzoña de los ríos y los mares donde anidan las bacterias de la podredumbre y el mal olor.

Olas y mares

Suena el agua, rizada por el viento, las olas lamen la arena y en el seno del mar las corrientes fluyen y se empujan.

¿Qué hay antes de la conciencia? La espuma del mar que abandona la arena, la arena que se seca y cambia su tono bajo el sol, el sol que nos calienta y genera el viento, las olas y el flujo del agua.

Una burbuja de esa espuma que deja la ola que abandona la playa, soy yo. Hago "plop" y exploto.

Una lágrima intenta salir, pero no procede. Quiere acariciar la mejilla, pero su dueño no la deja. Quiere escapar y dejar descansar la garganta atenazada. Es una lágrima de felicidad, quizá, de sentir la emoción de estar vivo.

Pero su dueño no la deja salir, porque no procede.

La tierra sigue girando ajena a lo que pasa, la luna no mira y el sol agita el mundo.

Yo conocí un niño que piensa que dios no lo puede todo y se pregunta qué es lo que anima la conciencia, que conciencia hay detrás de ella, y más atrás aún.  Hace tiempo que no tengo noticias de él, quizá esté muerto, quizá habite entre la tierra y el sol agitando las corrientes del mar, ayudando a la luna con las mareas. Quizá pensó que no procedía dejar caer una lágrima inoportuna y tantas atrapó que se ahogó dentro de sí. No sé.