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jueves, 7 de marzo de 2013

¿Por qué se mueren las abejas? (I)

Hoy han anunciado que las raciones se reducen. Se va haciendo difícil subsistir. Se me cae el alma al suelo viendo a mis niños tan delgados, no sé que pasará mañana. A veces pienso acabar con todo y  con este sufrimiento. El gobierno no da las tasas de suicidios, pero todos conocemos algún vecino, o la familia aquella... es terrible.

La policía ha desmantelado una banda que raptaba niños. El tráfico de carne humana ya no es anecdótico, encontraron restos congelados y descuartizados en una nave a las afueras . Si encuentran a los consumidores ¿les harán algo?

La agricultura es cada vez más escasa, ahora donde se produce mucho es en el norte donde el clima es muy cálido pero no tan tórrido como aquí.  África se ha convertido en un gran desierto de cadáveres. Ya solo subsisten especies carroñeras que se alimentan de la putrefacción, hasta que se acabe.

martes, 5 de marzo de 2013

¿Por qué se mueren las abejas?

No es que pareciese una buena idea, era una buena idea. ¿No me digas que nunca te ha pasado?  Despiertas de un sueño de buena mañana y en tu vida todo encaja. Vives confiado sabiendo en ese momento lo que va a ocurrir o a que vas a dedicar tu vida mientras vuelas en una nube camino del trabajo.

Se me ocurrió mientras conducía, sí, precisamente camino del trabajo. Un ordenador, por dios, y poder escribir en ese momento todo lo que pasaba por mi cabeza. Era una buena idea, lo juro.  Juro que de haber podido parar en ese momento le habría dado forma, era claro, muy claro, todo estaba claro, de verdad, solo un momento para meditar y escribir, solo un momento...

Despiertas del sueño y la sensación de bienestar te dura prácticamente todo el día. Te encuentras arrullado y arropado entre algodones. Nada podría hacer cambiarte esa sensación, pero al día siguiente ya desapareció. Apenas un día de gloria, un día pensando que todo era increiblemente posible, al alcance de los dedos. Pero solo era un sueño...

De verdad juro que por un momento lo tenía, que de verdad era una buena idea, pero ahora no puedo darle forma, se ha vuelto trivial y absurda, tan prosaica como mi vida.

sábado, 2 de marzo de 2013

Presentación de la "economía del bien común"

Conferencia de Christian Felber de "La economía del bien común" en la "Nau" de la Universitat de Valencia.

http://roderic.uv.es/handle/10550/26165

Saltaros la presentación y empezar en el punto donde empieza a hablar Christian. una exposición clara de la economía del bien común, basada en dotar al hombre de valor en sí mismo, de darle importancia a lo que lo tiene, que en el fondo es el hombre y la naturaleza que lo rodea.

La economía del bien común es para el hombre,  sin abstracciones encubridoras de una realidad interesada para hacernos sumisos y obedientes, sin quimeras que nadie entiende y que desvían la atención del problema real: la dignidad de la vida, el hombre y su relación con la naturaleza,  el sentido de la comunidad y las relaciones humanas.

Christian Felber lo presenta de forma clara y comprensible, sin artificios.

Warren Buffet, uno de los hombres más ricos del planeta, nunca invierte en negocios que no entiende. De igual forma, yo desconfío de los discursos que no presentan todas las variables del problema o que me piden un acto de fe. Si algo no lo entiendes, quizás te estén embaucando. Si te piden que confíes y no ves la relación entre las partes del problema y la solución que te presentan, quizás tengan algún interés oculto. Y siempre que te embaucan o se dirigen a ti con un interés oculto te suelen intentar robar algo.

La economía moderna secciona la realidad y solo se fija en una cosa muy pequeña: el beneficio de la actividad económica. Nuestro sistema educativo produce mayoritariamente dos tipos de personas: sumisas y obedientes y avariciosas en extremo. La sumisas están convencidas de que las cosas han de ser como son y las avariciosas centran toda su actividad y esfuerzo en ganar y ganar muy por encima de lo que les es necesario. Las sumisas no quieren cambiar el orden establecido. Todas los días van al trabajo, se ganan su salario cada día más exiguos y el resto del poco tiempo que les quedan lo dedican al cuidado de sus relaciones sociales: familia, amigos, etc. Las avariciosas quieren más y más y más y todas sus relaciones están viciadas por esta necesidad de estar por encima de sus congéneres. La economía lo gobierna todo, es el sistema de relaciones, no solo económicas, en el que el hombre es otra cosa más, algo sin valor, que se usa en beneficio propio, del que no nos importa más que el dinero que nos puede proporcionar por medio de su fuerza de trabajo. El sistema educativo forma parte del sistema económico, se educa para ser un engranaje de la maquinaría económica, absurda, mecánica, carente de valores humanos y centrada en beneficiar a unos pocos.

En la cuenta de beneficios de la economía actual no hay variables medioambientales como tampoco hay variables  que midan la felicidad de las personas en una sociedad. En esta rueda en la que estamos metidos de crecimiento continuo, rueda que si para se cae, no se vislumbran soluciones al hambre en el mundo, la sobre-explotación de los recursos naturales, la contaminación, la perdida de la bio-diversidad, los conflictos sociales y mundiales. Te piden que tengas fe en una supuesta economía que se auto-regula para que mágicamente se arreglen los problemas. Este laissez-faire beneficia solo a las clase dominantes y a los avariciosos que entienden el sistema, son lo mismo.

A mi me queda una duda sobre la economía del bien común por despejar ¿se corromperá? ¿sus impulsores tendrán algún motivo espureo para promoverla? No deja de ser interesante observar su evolución y ver hasta donde llega.

Lo claro es que cualquier sistema social que no tenga en cuenta al hombre y al planeta, incluyendo la economía como algo secundario en la sociedad, está abocado al fracaso. Es como una enfermedad que termina por matar al enfermo en oposición a una simbiosis en la que los dos seres obtiene un beneficio. Nuestra economía actual nos mata y terminará por matar a todo el planeta.