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lunes, 13 de octubre de 2008

Los políticos, una casta a parte

¿Los políticos tienen un gen especial que les hace distintos a los demas? Los políticos son corruptos y solo están en política para enriquecerse... yo no creo que sean muy distintos al panadero de la esquina o al médico del ambulatorio del barrio. Son, ni más ni menos , un reflejo de nuestra sociedad. Puede que alguno busque aumentar las arcas de su tesoro particular, pero mucha gente también lo intenta, y no siempre de una forma totalmente "moral" aunque sea lícita. Y objetaremos: "ya, pero siendo políticos deberían observar con más severidad ciertas normas morales", ¿y el resto de nosotros no? Seamos honestos a la hora de enjuiciar a los demás, políticos o no, y pensemos si nosotros no incurrimos o incurririamos en las mismas faltas que les otorgamos a los demás.

Suelo pensar en lo que ha ocurrido con el mercado inmobiliario: ahora le echamos la culpa del desastre económico español al sector construcción cuando, todos, en mayor o menor medida, queriamos jugar en el especulativo juego del mercado inmobiliario. Algunos comprábamos la primera vivienda y conseguíamos otra hipoteca para comprar otra y alquilarla. Con ello ya teníamos un patrimonio revalorizable y participabamos inflando un poquito más la burbuja inmobiliaria que terminó por estallar en mal momento. Esto ejemplariza, desde mi punto de vista, que todos somos un poco culpables de la sociedad en la que vivimos y de los males de la economía.

2 comentarios:

  1. Yo no soy culpable de la sociedad en la que vivo. En este punto no estoy deacuerdo contigo, ella estaba alli cuando yo apareci, otra cosa es que desde un punto vista exogeno me impongan este modelo economico y yo participe en el con el tiempo, pero insisto en que yo no lo elegi porque sencillamente no tuve la oportunidad de elegir.

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  2. No somos culpables de nada de lo que nos han legado. Yo no me siento culpable tampoco de la sociedad en la que vivo, como tú, me la encontré cuando vine a este mundo. Pero sí me siento responsable de lo que digo, hago y siento, por que no hay nadie más responsable de mis actos y de sus consecuencias que yo mismo.

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