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domingo, 13 de mayo de 2012

De barrios y recuerdos

No existen los lugares salvo en nuestros recuerdos, recuerdos que cambian con el tiempo, a veces enriqueciéndose, otras empobreciéndose. Existen leyendas de vivencias pasadas pulidas por el tiempo  que viajan con nosotros, quisiera decir inmarcesibles, pero eso es una ilusión.


Mi vida ha cambiado en la misma forma en que yo he cambiado, pero resulto un necio cuando veo como ha cambiado aquel sitio en el que me he criado con cierto malestar. Se diría que alguien que a estas alturas no tiene miedo a los cambios y los acepta como hecho vital no tiene que sentir pesar por que su imagen mágica y de leyenda de ese reino sea ahora la de un reino perdido. Más aún cuando a veces los sitios no existen más allá de las personas y que estas personas arrastran siempre problemas más o menos similares sin relación con su lugar de procedencia.


Mi barrio, mi antiguo barrio era un lugar de gente desarraigada que buscaba un sitio mejor donde vivir, dónde al final encontraron conciencia de pertenecer a algo, que eso es el arraigo. El arraigo es importante, nos intentan convencer de lo contrario pués interesa que la gente se mueva y busque trabajo en otros sitios, pero más que se aisle de la comunidad y que actúe de forma individual. Pero el individuo no es nada por si mismo, no puede hacer frente a esos poderes que le machacan. Uno sólo no puede con todo el peso de lo que está torcido en esta sociedad. El arraigo no es un método de lucha, no es un lugar físico, es el lugar en donde uno encuetra un significado a su vida, es una relación, es un comunicación, una ruptura de la soledad, un puente sicólógico hacia los demás que nos libra de la locura. Es dónde encontramos la fuerza para continuar sin muletas, alejados de la feria y las luces de colores que saturan nuestros sentidos.


En fin, todo es leyenda, mi conocimiento es leyenda, pues yo siempre he vivido con la lectura de las señales, nunca me he implicado en esos movimientos vecinales que existían para intentar solucionar la vida de las personas.


El trazo de mi vida, como el de muchas personas, se traza con la tinta de las circunstancias, pero una de las circunstancias más importante tenemos que ser nosotros mismo.


Hoy leo en prensa una noticia del que ha sido mi barrio toda la vida y que sicológicamente sigue siéndolo. He encontrado una referencia de una conocida, o eso creo, por que el apellido no lo recuerdo o nunca lo fijé en mi cabeza. Quiero llamar a un amigo para contárselo, se que él lee de vez en cuando este blog, tengo que acordarme, pero imagino que pasará el tiempo y se me olvidará

1 comentario:

  1. Te mando el correo suyo (creo que es este ) y se lo preguntas tu mismo, chato

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